domingo, 21 de diciembre de 2014

Sesiones de Gozo


gozo, el cultivo del gusto

Gozo consiste en una búsqueda de conducir a los individuos, a través de una reflexión inicial de la mano del pensamiento antiguo aristotélico en torno de la naturaleza de las entidades sensibles; hacia la apertura del contacto con ellas, teniendo como terreno para el cumplimento de dicho contacto los objetos mismos.

Ahora bien, en gozo no buscamos que los individuos entren en contacto con objetos de toda índole, sino que discriminamos y buscamos establecer una experiencia sobre todo con aquellos que están concebidos para ser asimilados por nuestra facultad del gusto.

En gozo es nuestro gusto despertar en los individuos el acontecimiento de la belleza, que tiene lugar en nosotros al interactuar con los fenómenos estéticos de la vida cotidiana, y con el arte, predominantemente.

Guiados por el pensador alemán del siglo XIX, Friedrich Nietzsche, creemos que es menester integrarnos sustancialmente con nuestras potencialidades estéticas, de modo que la vida recupere el profundo sentido cifrado en su nombre; y el individuo, incorpore los atributos que la naturaleza y la cultura han colocado en el concepto de su definición como ser humano.

Sabemos, al lado de este filósofo, que toda vida es una disputa por el gusto y por el sabor”; y que gusto: es el peso, y a la vez, la balanza y el que pesa”. Nuestro autor, cuya vocación es la de un filósofo del gusto, asevera que el hombre sabio es aquel que cultiva su gusto, diciendo:

¡Bienaventurados los que tienen un gusto, aunque sea un mal gusto! – y no sólo bienaventurado, sino también sabio es cosa que sólo se puede llegar a ser en virtud de esa cualidad: por eso los griegos, que en tales cuestiones eran muy finos, designaron al sabio con una palabra que significa el hombre de gusto, y llamaron a la sabiduría, tanto artística como cognoscitiva, “gusto” (Sophía)”.

En gozo queremos comprometer la idea nietzscheana de que “la vida es un manantial de placer”, y provocar mediante la experiencia tangible aquella bienaventuranza y sabiduría, inseparables; encontrar eso que en realidad buscamos y que es en el fondo una disposición que el cuerpo tiene de suyo: gozo eterno.



Gozo, by Mongo Bocini
México, diciembre de 2014.